PICHI EPEW: EL PROFESOR DE PROFESORES

EL
PROFESOR DE PROFESORES.
JAVIER MILANCA
Llegaba
a todas sus clases con un aliento alcohólico incendiario, cigarro en boca y con
la voz arisca de un vendedor de micros. Mandaba a comprar pan con ají a cambio
de subir notas. Era buen profesor de Historia pero era mejor contando historias de cantinas y mujeres. Demostraba, con
línea de tiempo, los suicidas efectos del vino en el cuerpo y también lo triste
que era la vida sin él. Sin quererlo nos enseñó algo formidable a los que
después seríamos profesores: No se puede llegar borracho a hacer clases, a
menos claro, que sea absolutamente necesario.
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