POEMA DEDICADO A MI QUERIDO PUEBLO: ILLAPEL
Dibujo: Carolina de la Fuente
Una mujer corre en Illapel
Una
mujer corre en las calles de Illapel
y
parece una centella de rocío,
una
migaja en el prodigio azul de la noche.
Atrás
queda el sonido perturbador,
¿de una
cachetada?
¿de un
portazo?
¿de una
lágrima en el lienzo de un pañuelo amargo?
¿Por
qué corres mujer de Illapel?
Nadie
sigue tus pasos rotos,
nadie
puede adivinar el vaivén de tu pelo negro,
la
tierra que pasas,
que
pisas, que pesas, duerme con el silencio infinito,
mientras
las estrellas murmuran su canción sideral,
y el
fuelle silencioso de un minero, suena marcando el tiempo
como el
tic tac de un reloj de arena.
¿Por
qué corres mujer de Illapel?
Alguna
papa mal cocida,
algún
milagro,
algún
pelo en la sopa,
una
cacha mal hecha, un condón roto,
o un
temblor entre tus piernas de barro maternal
¿Por
qué corres?
¿Te
quedas sola en el desierto de tus pasos y sábanas sucias?
Illapel
es la tierra de las mujeres - padre,
que
paren, cantan y mueren solas.
Que
esperan al que salió por la puerta a buscar sus destinos de cobre,
para
fabular sus eternos martirios de obrero.
Corres,
corres y corres
mientras
la ciudad hierve de mineros bruscos,
se
llena de húsares borrachos que hacen sonar sus espuelas
como
cascadas oxidadas,
los
burros se pasean como Pedro por su casa
cargando
cadáveres de leña o pirita,
despertando
el coro de los perros hasta el amanecer.
Corres,
huyes
te
persiguen los pacos,
los
pocos,
los
picos,
mientras
los cerros son los vagones
de un
tren que marcha eternamente al sol,
mientras
las estrellas se reparten en petroglifos solemnes
y en mi
valle siguen naciendo alcachofas y doncellas diaguitas,
y
vuelan los fantasmas de los naranjos que hubo en la plaza,
como si
fueran hermosas profecías redondas.
Corres,
corres
y tus
pasos son epitafios, o sismos antiguos
que se repiten
en tus pies alados.
Y la
tierra responde con sus enormes orgasmos telúricos
como si
fuera una mujer… porque es una mujer.
Por eso
temblará en Illapel
por las
horas de las horas,
por los
días de los días
y por
los siglos de los siglos.
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